Y como el movimiento se demuestra andando, pues eso... Andando!
Los principios de la medicina oriental son compartidos por culturas como la china, la japonesa y la hindú.
Basan sus conceptos en el taoísmo que es una corriente de pensamiento que data del 604 a.C. en la que consideran dos elementos fundamentales, el Yin, el Yang, y una energía que fluye entre estos dos elementos que los chinos llaman Chi, los japoneses Ki, y los indios Prana.
Se entiende el Yin como polo negativo y se asocia a la tendencia a la expansión, a lo femenino, a la tierra, lo frío...
Por contra, el Yang, es el polo positivo y se asocia a la tendencia a la contracción, a lo masculino, al cielo, al calor, a la guerra...
La energía que fluye entre estos polos, la llamaremos en adelante Chi, es la fuerza propulsora de todos los fenómenos biológicos, encontrándose en todos los seres vivos aunque de forma distinta entre unos y otros.
La medicina oriental considera el cuerpo dividido en órganos Yin, como el corazón, el hígado, pulmones, riñones... y en vísceras Yang, como intestinos, estómago, vejiga...
También considera el alimento que injerimos como el "combustible" que hace al Chi fluir entre unos y otros.
Con esta combinación de órganos Yin, vísceras Yang y alimento como impulsor de energía Chi, esta medicina intenta regular la alimentación para mantener el equilibrio entre el Yin y el Yang en el cuerpo.



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