MEDICINA ORIENTAL III

Como ya hemos comentado, el aumento o disminución en alguno de los cinco elementos de los que se compone el universo y por tanto los organismos, provocan un desequilibrio que desencadena a su vez una patología. Teniendo esto bien presente, la medicina oriental pretende, primero descubrir a que naturaleza corresponde ese desequilibrio, es decir, encontrar si se debe a un exceso o un  defecto y segundo, tonificar la actividad del órgano/víscera si hay defecto y sedarlo si hay exceso.

Estos excesos o defectos en los elementos se producen por un bloqueo en la energía chi a través de alguno de los meridianos del cuerpo. Estos meridianos son determinadas partes del cuerpo que unen unas partes con otras y que son las "autopistas" de dicha energía. Si se llega a localizar el punto de bloqueo, mediante distintas técnicas como acupuntura, masaje o digitopuntura como en la reflexología podal, se puede restablecer el normal flujo de energía, favoreciendo a que el organismo se reequilibre. Este es el motivo por el que en muchas ocasiones hemos oído hablar de que la reflexología podal y determinadas técnicas de masaje, no nos curan, sino que estimulan al organismo a que se restablezca por si mismo.
Es interesante saber que hay más de 800 meridianos repartidos por todo el cuerpo lo que hace que estas técnicas de masaje no sean dominadas por cualquier persona que no haya consagrado su vida a su estudio y experimentación.
No obstante a lo dicho anteriormente, la experiencia de recibir un masaje reflexológico es algo que todo el mundo debería probar, ya que aunque no vayan a desaparecer nuestros males físicos, si mejorará nuestro estado anímico y eso, por si solo, nos sería de gran ayuda.