Consiste en una serie de maniobras muy suaves realizadas por zonas muy precisas de la anatomía del paciente, con el fin de desplazar la linfa que se encuentre estancada formando edemas, a otras zonas del sistema linfático desde donde sea más fácil su normal evacuación al torrente venoso.
Esta técnica fue iniciada por el Dr. Emil Vodder y su esposa en 1932, y posteriormente fue seguida por otros fisioterapeutas hasta la actualidad.
Las indicaciones del drenaje linfático manual en los centros de estética son muchas y variadas, pudiendo destacas las siguientes:
- Reduce el acné.
- Reduce la celulitis.
- Alivia la sensación de piernas cansadas.
- Mejora el aspecto de cicatrices y edemas postoperatorios.
- Reduce los hematomas.
Como veis tiene multitud de beneficios en si mismo y además es complemento obligatorio, en otros tratamientos estéticos como en la cavitación.
Este tratamiento tiene también algunas contraindicaciones por lo que no aceptéis someteros a un tratamiento de drenaje sin haber pasado previamente una entrevista con la persona que os lo va a realizar.
Debéis saber también que no es una técnica sencilla en su realización eficaz ya que requiere un conocimiento exhaustivo de la anatomía del sistema linfático y una precisión considerable en las zonas y presiones a aplicar, pero al ser movimientos suaves y cadenciosos es completamente indoloro.
Desde hace ya unos cuantos años, existe determinada aparatología como la presoterapia que, en teoría, "sustituye" al drenaje linfático manual. En realidad, mediante la presoterapia solo se consigue movilizar el líquido intersticial pero no las moléculas de gran tamaño. Además la precisión que se consigue en un drenaje linfático manual no puede ser reproducida por ninguna máquina de las que se encuentran en la actualidad en el mercado, razón por la que ninguna sustituye las manos de tu esteticista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario